
Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que recibas en tus manos a...... y que lo libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora nuestra, y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos
Amén.
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