¡Oh Espíritu Santo!,
alma de mi alma,
te adoro;
ilumíname,
guíame,
fortifícame,
consuélame,
dime que debo hacer,
ordéname.
Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí,
y aceptar todo lo que permitas que me suceda.
Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.
jueves, 17 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario