Adoración al Padre eterno.
Padrenuestro, un Avemría y un Gloria.
Oración.
Os adoro, oh Padre eterno, con toda la corte celestial,
por mi Dios y Señor,
y os doy infinitas gracias en nombre de la santísima Virgen,
vuestra Hija muy amada,
por todos los dones y privilegios con que la adornasteis,
especialmente por aquel poder con que la enaltecisteis en su gloriosa
Asunción á los cielos.
***
Adoración al eterno Hijo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración:
Os adoro, oh eterno Hijo,
con toda la corte celestial por mi Dios, Señor y Redentor,
y os rindo gracias infinitas en nombre de la santísima Virgen,
vuestra muy amada Madre,
por todos los dones y privilegios con que la adornasteis,
especialmente por aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa
Asunción al cielo.
***
Adoración al Espíritu Santo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Oración.
Os adoro, Espíritu Santo paráclito,
por mi Dios y Señor,
y os doy infinitas gracias con toda la corte celestial en nombre de la santísima Virgen,
vuestra amántísima Esposa por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo;
y humildemente os suplico en nombre de vuestra inmaculada Esposa,
me otorguéis la gracia de perdonarme todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que pude pecar; hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente,
con propósito de morir antes que volver mas a ofender a vuestra divina Majestad; y por los altísimos méritos y eficacísima proteccion de vuestra amantísima Esposa os suplico me concedais á mí y a N. el preciosísimo don de vuestra gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme a sí.
***
Oración a la Santísima Virgen.
Os reconozco y os venero, oh Virgen santísima,
Reina de los cielos, Señora y Patrona del universo,
como a Hija del eterno Padre, Madre de su dilectísimo Hijo,
y Esposa amantísima del Espíritu Santo;
y postrado a los pies de vuestra gran Majestad con la mayor humildad os suplico por aquella divina caridad; de que fuisteis sumamente llena en vuestra Asunción al cielo, que me hagáis la singular gracia y misericordia de ponerme bajo vuestra segurísima y fidelísima protección,
y de recibirme en el número de aquellos felicísimos y afortunados siervos que lleváis esculpidos en vuestro virginal pecho.
Dignaos, oh Madre y Señora mía clementísima,
aceptar mi miserable corazón, mi memoria, mi voluntad,
y demás potencias y sentidos míos interiores y exteriores;
aceptad mis ojos, mis oídos, mi boca, mis manos y mis pies,
regidlos conforme al beneplácito de vuestro Hijo,
a fin de que con todos sus movimientos tenga intención de tributaros gloria infinita.
Y por aquella sabiduría con que os iluminó vuestro amantísimo Hijo,
os ruego y suplico me alcancéis luz y claridad para conocerme bien a mí mismo,
mi nada, y particularmente mis pecados, para odiarlos y detestarlos siempre,
y alcanzadme además luz para conocer las asechanzas del enemigo infernal y sus combates ocultos y manifiestos.
Especialmente, piadosísima Madre mía, os suplico la gracia… (mencionar).
jueves, 17 de julio de 2008
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